No sé si queréis saber. No sé si quiero enseñar.

No sé si será que estoy equivocado como decían los médicos o si será que salvaré a cientos de miles, como decían mis sueños. Os pido mientras que no me toméis por loco. Si lo estoy, seguro que yo seré el primero en tenerles informados. Tírenme con silla y todo al cubo de basura y celebren como no celebraron nunca. Y yo reiré de purita alegría desde la mierda. Mientras tanto, lean con los ojos bien abiertos igual que los ahogaditos.

martes, 26 de abril de 2011

INVITADOS

Bueno, estoy feliz. Un poco menos preocupado, aunque ellos no lo noten, porque no me han visto preocupado de verdad.
Tengo invitados en casa, Brau, Adela y su perro Troco. Adela es un mujer sincera, humilde, pero despide una fuerza interior que le llena a uno de tranquilidad. Brau se está haciendo a la casa, igual que el perrito; son como dos funcionarios que tuvieran que terminar un trabajo cada uno por su cuenta antes de relajarse.
Creo que Brau ya ha soñado algo, pero prefiere dejar las conversaciones para cuando yo abra fuego. Yo también he soñado algo, y quiero esperar a que Brau esté  más tranquilo. Troco lo sabe todo y está asustado. Parece como si viera el futuro más cierto pero menos claro que yo.
Me ha reconfortado saber que Adela es una mujer de acción. Deberíamos irnos de aquí, pero no lo haremos, porque allí tampoco será mejor.
Y esta es mi casa. Aquí podremos defendernos.
Brau sabe que esto es un refugio, lo noto, y creo que sabe que no volverán cuando han planeado. Pero Adela necesitas pruebas antes de aceptarlo, eso es seguro. Y serán pruebas muy duritas, sí señor, lamentablemente será así.
Tengo invitados en casa. Han venido en mi peor momento y ya cuento un día más sin medicación y otra noche de sueños terribles sin volarme la cabeza.
Son buenas noticias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario